Más historia
El actual Alcazar Real es el testigo de los diferentes periodos históricos de la ciudad de Sevilla y de las diferentes culturas que han actuado en la zona.
El emplazamiento actual fue ocupado en sus orígenes por el mundo romano ya que se han hallado vestigios de un edificio romano del siglo I a.C. con muros de hasta 3 metros de altura que pudieron formar parte de almacenes portuarios dada su cercanía con el Puerto.
Posteriormente fue modificado a finales del siglo I antes de Cristo, hasta su destrucción y sustitución por un edificio nuevo iniciado el siglo IV DC que pudo ser una antigua basílica paleocristinas, la de San Vicente.
Tras la caída del mundo romano, los visigodos ocuparon la península Ibérica y en el propio Alcazar se encontraron restos arqueológicos en el llamado Jardín Inglés. Durante 4 siglos, el lugar debió quedar abandonado por la crecida de las aguas del rio desde el siglo VI hasta el X.
Ya en época hispanomusulmana en el sigo X, Abderramán III mandó construir la llamada «Dar al-Imara», Palacio del Gobernador, una obra que se realizó siguiendo la traza de Abdallah ben Sinan en torno al 913-914. Era de planta cuadrangular. La cerca de muralla de aquel periodo califal es lo que hoy se encuentra rodeando el Patio de Banderas. Su patio de armas coincide con lo que hoy es el Patio de Banderas, ya que se han encontrado restos de la antigua basílica de San Vicente Mártir, enterramiento de San Isidoro.
Del siglo XI se produjo el hallazgo del palacio de Al-Mutamid, después de casi diez siglos escondido entre los muros de las casas del Patio de Banderas. Los arqueólogos ya advirtieron en 2014 que ahí estaba el vestigio más antiguo del Alcázar de Sevilla. Tras las excavaciones arqueológicas ya se intuía una residencia palatina de mayores dimensiones que lo que ocupa la vivienda actual, que podrían pertenecer a la primera edificación taifa, el palacio de Al-Mutamid. La confirmación definitiva llegó con las pruebas del carbono 14, cuyos resultados confirmaron que los restos hallados en la casa número 8, junto al Palacio del Yeso, son sin lugar a dudas la residencia de Al-Mutamid. Su puerta principal estaba donde hoy se encuentra el arco de Mañara o de la Plata. La parte doméstica del palacio coincidía con el actual patio de crucero de la Casa de la Contratación, y el salón del trono, coincidiría con el emplazamiento hoy en día del Salón de Embajadores del palacio de Pedro I.
Los almohades hacen de Sevilla la capital de su imperio y el recinto amurallado llegó a su máxima superficie, incluyendo una gran huerta y llegando, por el sur, hasta la actual calle San Fernando y, por el oeste, hasta el río. Las construcciones palatinas se organizaron en torno a distintos patios. Sobre la construcción de Dar al Imara de la época de Abderraman, se construyó el hoy palacio del Yeso, alrededor del patio del mismo nombre, y un gran patio donde hoy está ahora el de María de Padilla. En la zona doméstica del antiguo Qasr al Mubarak construyeron el patio de crucero. Ese patio hoy está dentro de las dependencias de la Casa de la Contratación.
En época almohade, bajo el califato de Abu Yusuf Yaqub al-Mansur (1184-1199) se levantaron nuevos edificios destinados a la residencia del califa y su corte.El Patio del Yeso es el referente del alcázar de época almohade.
La galería con los arcos lobulados y la trama de sebka, y el central de mayores dimensiones son el ejemplo almohade más destacable en la historia del Alcazar.
Con la conquista cristiana de la ciudad, ALFONSO X se estableció junto con su corte en el Alcazar para lo que comenzó la construcción de un nuevo edificio que modificó la estructura almohade. El edifico gótico producto de la nueva cultura dominante se impuso, sobre las construcciones pasadas. Alfonso X reformó bastante la zona del palacio almohade. El palacio que construyó estaba formado por cuatro salones, con ventanales góticos y un pórtico que daba al antiguo patio de crucero almohade que se reformó, reforzándose las bóvedas del crucero del nivel inferior y dejando debajo Baños de Doña María de Padilla en la época de Pedro I. Se edificaron cuatro torres en las esquinas con escaleras de caracol, que han dado lugar al nombre de Palacio del Caracol.
ALFONSO XI ordenó construir la Sala de Justicia o de los Consejos a principios del siglo XIV sobre las construcciones almohades. Se trata de una estancia de planta cuadrada con una armadura mudéjar de madera, y sus paredes se decoran con los atauriques y escudos en yeso.
Fue bajo el reinado de PEDRO I que el Alcazar recuperó su esplendor, construyendo un edifico mudéjar que se utiliza como ejemplo claro de este estilo en la Historia del Arte. Su construcción fue rápida en comparación con los tiempos de la arquitectura religiosa del mismo periodo. Fue construido en tan sólo diez años, entre 1356 y 1366, por alarifes mudéjares procedentes de Toledo, Granada y Sevilla. Era la residencia privada del gobernante, en contraposición con el marcado carácter público del Palacio Gótico. Tiene una planta rectangular, con diferentes estancias articuladas en torno a dos patios, el de las Doncellas, con las habitaciones más protocolarias; y el patio de las Muñecas, centro de las salas de carácter privado.
El Patio de la Montería se constituyó como el auténtico centro neurálgico de esta nueva construcción. Aunque hoy su aspecto se ha modificado, todavía se aprecia uno de los elementos más significativos del palacio mudéjar, su gran fachada monumental.
Fachada del Rey Don Pedro
Ésta se encuentra dividida en dos niveles. En el inferior se puede ver en los laterales unas arquerías que seguramente tuviesen continuidad en los otros tres lados del patio; y sobre las mismas una estructura de siete arcos de medio punto, uno central más ancho y largo, y una composición tripartita formada por otros tantos arcos de menor luz a ambos lados.
En el núcleo de la fachada se encuentra una portada monumental, dividida en tres calles verticales, separada en dos niveles por medio de una imposta. En la central encontramos, en la parte inferior, la portada de acceso con un dintel adovelado, y, a ambos lados, un arco polilobulado que apoya en dos columnas de mármol, y sobre el mismo, decoración de sebqa.
El Patio de Doncellas
El Patio de Doncellas de los Reales Alcázares de Sevilla, auténtica joya del mudéjar sevillano, presenta una planta rectangular. Tiene un pórtico perimetral con arcos polilobulados apeados sobre dobles columnas y un jardín rehundido que se divide en dos por medio de una alberca longitudinal, que remata en forma de T.
El patio ha sufrido diferentes reformas a lo largo del tiempo, siendo la estructura original un descubrimiento sorprendente, que se produjo en el año 2002. A finales del siglo XVI se taparon la alberca y el jardín con losas de mármol y se colocó una pequeña fuente en el medio. El espacio mantuvo este aspecto hasta que se descubrió su verdadera estructura.
Los Reyes Católicos modificaron parte de la planta superior del alcazar de Pedro Ipara adaptarlas a la época invernal. Después del descubrimiento y conquista de América mandaron construir la Casa de la Contratación (1503) sobre restos del palacio Al Mubarak. Desde aquí se organizaron muchas expediciones a América y la de Magallanes y Elcano alrededor del mundo, y, sobre todo, fue el centro director del comercio entre la península y los nuevos territorios.
Con la llegada de los Austrias, Carlos V realizó reformas e impuso el estilo renacentista. Se actuó sobre todo en la planta alta y se remodeló el Patio de las Doncellas. También se reformaron los jardines y se construyó el cenador de la Alcoba o de Carlos V.
Felipe II siguió con las reformas y reparaciones empezadas por su padre, con trabajos sobre techos, artesonados y columnas. Se empleó en la decoración del Palacio Gótico y creó la arcada occidental del Patio de la Montería. Su hijo y nieto, emplearon al arquitecto italiano Vermondo Resta, con un plan global de mantenimiento y remodelación que trajeron el estilo clasicista manierista. De esta época son: la nueva portada de acceso desde el Patio de Banderas, el Apeadero, la terminación del Patio de la Montería, las nuevas caballerizas y las nuevas cocinas, la remodelación de los jardines en el más puro estilo clásico manierista, con esculturas de dioses, grutas, puentes, fuentes... y la Galería del Grutesco, utilizando los restos de la antigua muralla.
En el reinado de Felipe V el Alcázar fue sede de la corte española para lo que remodeló la zona contigua al Apeadero construyéndose la Armería Real. El terremoto de Lisboa (1755), causó destrozos en algunas zonas del Alcázar, se perdiólo que quedaba del antiguo Alcázar.
En tiempos de Carlos III al macizar el Patio del Crucero, dejó la zona de los baños totalmente subterránea. También se realizó la galería de paso entre el Apeadero y el Patio de la Montería, y un nuevo pórtico del Palacio Gótico.
Durante el reinado de Fernando VII de encalaron las galerías del patio de las Doncellas, con lo que se perdió su coloración primitiva.
Isabel II, concedió el uso a los duques de Montpensier quienes realizaron reformas, como la colocación de reproducciones de yeserías copiadas de la Alhambra en la zona del Patio de las Muñecas.