También conocido como Palacio Mudéjar, fue construido junto al Palacio Gótico de Alfonso X por iniciativa del Rey Pedro I entre 1356 – 1366, en su construcción colaboraron artesanos de Toledo, Granada y de la propia Sevilla. Posteriormente fue transformado en época de los Reyes Católicos y de los primeros Austrias. Este palacio nació para servir como edificio privado del rey Pedro I, levantado en el siglo anterior por orden de Alfonso X, empleó la epigrafía árabe para ensalzar sus virtudes. Esto se debe a que, a partir del siglo XIV, los monarcas castellanos dejan de copiar las tendencias europeas para inspirarse en los modelos andalusíes. Esto hizo que este palacio albergase diversas escrituras en árabe. El interior se estructura en torno a dos núcleos, uno dedicado a la vida oficial que se sitúa alrededor del patio de las Doncellas y otro a la privada en torno al patio de las Muñecas. Caminando a lo largo de las galerías y salas decoradas con bellos azulejos y preciosos techos mudéjares, desde el vestíbulo se llega al patio de las Doncellas, patio principal, una obra maestra del arte mudéjar andaluz. Desde la entrada al patio de las doncellas nos encontramos a la derecha la Alcoba Real, enfrente se encuentra el salón de Embajadores y a la izquierda el salón del Techo de Carlos V. En la planta superior del palacio se encuentran los apartamentos reales, redecorados en el siglo XVIII. Tiene una primera planta que no se extiende por toda la planta baja, sino solo por algunas estancias.